Biografía

Nací en 1965 en Algemesí (la Ribera Alta), Valencia.

Desde bien pequeña adquirí el hábito de la lectura y los primeros libros que me apasionaron los envolvían con mucho cariño mis padres en papel de regalo, en cada cumpleaños. Así llegaron a mis manos infantiles autores como Charles Dickens, Eleanor H. Porter o Louisa May Alcott. Leer Mujercitas, fue para mis hermanas y para mí como mirarnos al espejo, por momentos. Como a los personajes de esta maravillosa novela a mis cuatro hermanas y a mí nos gustaba jugar a inventarnos historias, teníamos muy buenos precedentes en nuestros padres como excelentes narradores. Con mis hermanas mayores, las historias inventadas quedaban escritas sobre el papel, ilustrándolas con dibujos propios.

Con las pequeñas, las historias salían entre susurros por las noches, cuando las luces de casa ya estaban apagadas, invocando a Morfeo entre risas.
Con los años, la lectura se convirtió en una aventura con Enid Blyton. Alimentando mi ansia por viajar y descubrir otros lugares y costumbres. Primero con la mochila a la espalda, con mis hermanas y amigas. Más tarde, aligerando el peso y mejorando techos.
Tras mis estudios de E.G.B. me matriculé en Formación Profesional, en la rama Administrativa y Comercial. Cursé los cinco años necesarios, obteniendo el título de Técnico Especialista en 1989. Unos estudios que me aportaron grandes amistades, pero que no satisfacían mis motivaciones personales, que cursé creyendo me servirían para encontrar trabajo.

Curiosamente, trabajé en muchas cosas en los siguientes años, pero nunca como administrativa. Así, estuve cuatro años trabajando en un almacén de naranjas (en invierno y primavera), en ese periodo finalicé la FP, estudié valenciano (en el instituto todavía no se impartía en mi curso, sino en el posterior), y en el cuarto año hice COU en horario nocturno por si en un futuro podía estudiar lo que quería y para poder seguir trabajando. Porque en esa época ya había
descubierto, en los libros de ciertos filósofos, que las sombras de una cueva eran de lo más inciertas, que nunca me bañaría dos veces en un mismo rio o que el crepitar de la leña en una chimenea podía cuestionar mi propia existencia.

También que autores como Sartre, o Simone de Beauvoir, podían ser tan fascinantes en sus escritos filosóficos como en los literarios. En el último año de esos cuatro gané mi primer concurso literario, en el I.E.S. Josep María Parra, de Alzira, con el relato: Boja per la música. Por entonces, mis gustos literarios crecieron y, además de ampliar mis lecturas filosóficas, seguí leyendo literatura. Autores como García Márquez, Franz Kafka, Miguel Hernández, Blasco Ibáñez, Monserrat Roig o Mercé Rodoreda. Y otros autores que me llegaron desde los estantes de las Bibliotecas, desde el Círculo de lectores, desde las librerías o desde los regalos en diferentes cumpleaños.

Al año siguiente conseguí una beca para estudiar, al fin, en la Facultad de Filosofia y Ciencias de la Educación tal como siempre había soñado. Ese año gané el Premi de contes Alambor, en Benicarló, con el relato: Els fums del poder. En el segundo curso compaginé mis estudios con un trabajo a media jornada en una clínica dental, como tantos de mi generación, entorno o condición, además de estudiar necesitábamos trabajar para contribuir en la economía familiar. Antes de que transcurrieran los cinco años reglamentarios para licenciarme en Filosofía gané en Silla, exaequo, el V Premi de Narrativa Juvenil: Això era i no era, con el relato: Pintures de cera. Fue un periodo fructífero e ilusionante, en amistades y proyectos cumplidos. Ya licenciada en Filosofía en el año 1993, tuve que continuar trabajando: en una academia, dando clases particulares, cuidando niños, repartiendo propaganda… sucesivamente durante tres años. Hasta que en 1996 conseguí trabajo como profesora interina en las islas baleares, al aprobar las primeras pruebas de unas oposiciones.

Durante ese tiempo seguí escribiendo y ampliando mis lecturas con: Milan Kundera, las hermanas Brönte, Jane Austen, Tracy Chevalier, Ángeles caso, Isabel Allende, Vicent Nàcher, Vicent Borràs y tantos otros y otras más. Tras ocho años inolvidables, en Mallorca, Ibiza y Formentera, regresé a mi tierra. Estuve en paro, estudiando oposiciones, y las aprobé en el 2007. Como profesora en prácticas estuve dos años: uno en Tavernes de la Valldigna y otro en Xeraco. Consiguiendo plaza definitiva al año siguiente en el I.E.S. Joan Fuster de Bellreguard, donde continúo trabajando.

Desde que llegué a La Safor vivo en el Grau de Gandia. En el 2012 publiqué mi primera novela: La memòria del gessamí. En el 2016 quedé finalista del Premio Nadal con la obra: Las damas del cadalso (con el lema La diosa razón y el pseudónimo Étiene Arouet). En el 2020 publiqué esta última novela. Durante la pandemia escribí varios relatos con el título: El somni de la llibertat. Quedan por ver la luz dos novelas: Silbidos como balas y La casa frente al mar. Y los relatos que forman parte de Alma mater.

Te invito a leer mis escritos, redactados por las mismas manos que en otro tiempo arrancaban ilusionadas el papel de regalo en cada cumpleaños. ¿Me acompañas?