SILBIDOS COMO BALAS

SILBIDOS COMO BALAS

Años cincuenta, siglo XX. Un joven aprende a bailar rock and roll, con el picú que le regaló la que será la mujer de su vida. Ella, en justa compensación, recibirá una máquina de escribir y un atril. Esos objetos no podrá olvidarlos José Castell ni siquiera cuando, ya anciano, olvide por qué Judith Monfort no le acompaña en el que parece ser el último trayecto de su vida, camino del Hospital. Los recuerdos aparecerán y se agazaparán en su conciencia sin el beneplácito de su voluntad, cuando permanezca ingresado en una residencia para tratar su alzhéimer.
Hugo, joven y audaz psicólogo, intentará demostrar que José no tiene alzhéimer, sino otra disfunción de la memoria. Dispone del diario y las cartas de juventud de su paciente para rescatar del olvido los recuerdos que se niegan a emerger. Pero será necesario que el señor Castell vuelva a leer esos escritos, y él no quiere.
Silbidos como balas muestra la búsqueda de la propia identidad, cuando encontrarla puede ser un camino tan doloroso como liberador, cuando los ideales palidecen por el desencanto y las ausencias pesan incomprensibles en nuestra emoción. Silbidos como balas también es un homenaje a los hijos de la guerra, los que aprendieron a sobrevivir a ritmo de rock and roll. Para vivir después otra guerra, silenciosa y olvidada, por la que habrían de pagar un alto precio.